viernes, 11 de mayo de 2012

Y no estaba muerto, que no, que estaba tomando cañas, lereleré

Hace unos meses ( concretamente cincuenta y seis, ¡je! ) escribí una entrada que se titulaba "Volverás a Hontanazor". Era una promesa de retorno después de haber tenido abandonado el blog durante cierto tiempo. La promesa duró casi dos años y luego el blog se sumió en un ominoso silencio. Las razones no vienen al caso, aunque afortunadamente no se debieron a una sequía creativa, pero ahora una nueva oleada de impulso literario me envuelve y me rodea, empujándome a retomar otra vez este pequeño rinconcillo bloguero.
Esa ola son mis amigos, que han continuado con sus propios blogs o han creado alguno nuevo, lo que me hace sentir como un intruso en aquellas charlas de los cafés madrileños del siglo pasado, cuando diversas personalidades del arte o la intelectualidad intercambiaban sus opiniones y sus experiencias, en un ambiente muy enriquecedor para el espíritu.
Hace unos años solíamos vernos cada semana al menos dos o tres veces, cuando no casi a diario, y discutíamos de lo humano y lo divino, de lo serio y lo accesorio, con pasión o indiferencia, a veces durante horas, al igual que los grandes personajes de esos cafés. Luego los trabajos y las derivas personales ( y cierta pereza al movimiento que parece desarrollarse con la edad ) complicaron esas quedadas hasta convertirlas en mucho más ocasionales de lo que nos gustaría, con lo que las grandes discusiones trascendentales cedieron el protagonismo ante las obligatorias ( y con los tiempos que corren, por desgracia, desencantadas ) puestas al día.
Algunos pensaréis que soy un pretencioso al comparar aquellas reuniones de adolescentes idealistas alrededor de una pizza y un Trivial con el privilegiado ambiente cargado de humo del café Gijón, pero los integrantes de nuestras timbas de entonces ahora también son destacados profesionales y prestigiosos científicos, con teorías inteligentes y poco convencionales sobre muchos temas. Y de ese privilegio me beneficié como persona y se beneficiaron mis relatos.
Como esa necesidad de seguir compartiendo ideas no disminuyó y las nuevas tecnologías nos han proporcionado una alternativa virtual a la dificultades organizativas, me subo a la cresta de la ola y recupero la actividad del blog.
Y como me considero incapaz de recuperar la línea seria y académica de las entradas antiguas, dejaremos en paz al bueno del señor Benet y nos arrimaremos a Peret. Así es la vida.
Eso sí, esperemos que dure...

5 comentarios:

Anananados dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Charrillo dijo...

Bien, bien bieeeen!!!
No estaba muerto!!!!

crisfbedoya dijo...

tomando cañas durante 3 años??? ya te vale Pablin... Bueno, tu escribe aunque sean gilipolleces, ten en cuenta que lo leemos nosotros :-)

Gon dijo...

Jo Pablin, que creativa e imaginativa es tu prosa. "Prestigiosos cientificos" dice...

Pablo dijo...

¿ No te consideras prestigioso ? ¿ No podríamos definir tu visita a toda casa ( sobre todo si es nueva ) como un pequeño Prestige ?