martes, 25 de septiembre de 2012

La paradoja del cumpleaños

Hoy es 25 de septiembre. Una fecha grabada en mi memoria, a pesar de que ya nada en mi vida me une a ella. Pero en mi etapa adolescente, era el día de cumpleaños de la chica que me gustaba y con la que nunca llegué a tener nada. Y si bien a esa edad la emotividad marca a fuego las vivencias, no es ese el único motivo del recuerdo. Años después, conocería a otras dos chicas que me gustaron y con las que nunca tuve nada, cuyo cumpleaños coincidía en esa fecha. Una jamás llegó a enterarse de mi interés, pero con la otra las cosas llegaron a tal punto que mucha gente pensó que nos habíamos enrollado. Y aún podría hablar de una cuarta, pero sería trampa pues nació el 24.
Se pueden sacar varias conclusiones: que me gustaron muchas chicas ( sería relativamente incorrecta ), que fui muy torpe ( rayando la negligencia ) o que esta fecha estaba gafada ( y tanto... ); pero el hecho es que la estadística tiene mu mala sombra.
La paradoja del cumpleaños ( para aquellos interesados en sus razones matemáticas os enlazo con wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_del_cumplea%C3%B1os ) nos regala estos datos curiosos:
- entre 23 personas hay una probabilidad del 50 % de que coincida algún cumpleaños;
- esta probabilidad alcanza el 99 % en un grupo de 57 personas.

Efectivamente, las matemáticas parecen contradecir a la lógica. Que en un grupo de sólo 23, teniendo 365 días para nacer, haya un 50 % de probabilidades de que coincida alguno, sorprende cuanto menos. Pero la experiencia nos indica que las estadísticas son así de caprichosas. Hace años ya describí, en la entrada "Volverás a Hontanazor", la diminuta probabilidad de que te toquen la lotería o una enfermedad rara, pero la total certeza de que, si te toca algo, es la enfermedad.
Con la paradoja del cumpleaños ocurre algo similar. Todos sabemos de coincidencias en las fechas de los cumpleaños. Es así y, si hacemos caso a las matemáticas y asumimos que conocemos a mucha más gente que 57, debe ser así. Lo realmente curioso son los vínculos que unen a esas personas, a veces desconocidas entre sí, a veces cercanas. Y el hecho de que pasen meses sin ningún cumpleaños a tu alrededor y luego, en un día, cumplan años cuatro conocidos, me hace reflexionar. ¿Habrá ciertos rasgos, característicos de fechas concretas, que nos llamen más la atención? ¿Influirá en nuestro físico y nuestro carácter la fecha de nacimiento? ¿No es eso precisamente la astrología? ¿O será todo, al fin y al cabo, fruto de la casualidad?
No lo sé. Otras fechas concurrentes jalonan mi calendario: el 1 de febrero, el 20 de marzo, el 20 de mayo... pero hoy es 25 de septiembre, y me temo que, un año más, me quedaré a dos velas.   

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