jueves, 20 de diciembre de 2012

Cesta de navidad

Hace unos días hablábamos de que las cenas de Navidad, con la crisis, iban a disminuir, algo que yo firmemente pensaba. Bueno, pues el hecho es que se me ha petado el calendario de eventos hasta el punto de que me coinciden algunos. Y no sólo a mí, que a varios amigos les está resultando difícil cuadrar las fechas también. Manda huevos.
(En mi descargo he de puntualizar que las comidas/cenas de empresa sí que se están reduciendo a la mínima expresión; otro tema son las reuniones de amigos.)
Lo cual me induce a sospechar que, o bien somos de esa parte privilegiada a la que nos ha influido la crisis pero no tanto, o que (como defienden algunos) vivimos más la psicosis que la circunstancia, o (como creo yo) al final tampoco debes renunciar a vivir pues la crisis podrá ser eterna pero nosotros estamos de paso.
Sea como fuere, otra de las tradiciones que ya se ha resentido (y sobre esta no habrá discusión ni matices posibles) es la de las cestas de Navidad. El que recibía una abundante, ahora la recibe chica; el que ya se contentaba con la chica, ahora no recibe nada. Si este fuese un blog interactivo (o twitter) saltarían de inmediato esas voces ubicuas (entre resentidas y despectivas) que siempre farfullan lo mismo ante, no ya una queja, sino la mera constatación de un hecho (como es el caso); seguro que conocéis alguna: "no te quejes, que al menos tienes trabajo". Y como ahora no te debes quejar, porque los hay peor que tú, pues así nos luce el pelo. Que no se quejen los funcionarios, que en el sector privado estamos peor; que no se quejen los trabajadores, que los parados estamos peor; que no se quejen los jóvenes, que los viejos estamos peor; que no se quejen los viejos, que los muertos estamos peor... Curiosa manera de entender la solidaridad, de lo cual se aprovechan, evidentemente, los que manejan los hilos, encantados de que gastemos las fuerzas divididos en vez de juntarlas contra ellos.
Pero no era mi intención saludar a la Navidad con el tono amargo que suelen rezumar mis entradas, sino todo lo contrario. Hoy traigo un regalo, porque Hontanazor sí que tiene una cesta para todos (¿tres?, ¿cinco?, ¿sólo un despistado que no ha tenido suerte con google?; para todos) sus lectores. Disfrutadla mucho.

- Una noticia ad hoc:  


- Un chiste navideño:

Llega Papá Noel a Somalia y al ver a tanto niño con cara triste, pregunta a un lugareño qué les pasa.
- Es que no comen nada.
- ¡Ah! pues si no comen no hay regalos.

- Un microrrelato sobre la profecía de los Mayas: 

La rueda de prensa había resultado desoladora. La situación del país devenía crítica, las cuentas públicas estaban quebradas, el desempleo afectaba ya a la mitad de la población, las revueltas sociales incrementaban la violencia, la inseguridad provocaba terror, enfermedades olvidadas resurgían por el colapso sanitario, el hambre recorría las calles, los suicidios se multiplicaban… mientras el gobierno anunciaba nuevos y más severos recortes. El ministro se excusaba al final: “nuestra obligación es cumplir con el calendario”. Y una periodista, no trascendió de qué medio, le preguntó: “se refiere al maya, ¿verdad?”.



- Una postal navideña:


- Y el deseo de que el nuevo año nos traiga motivos para que las entradas divertidas arrinconen de una puñetera vez a la amargura. 

¡Felices fiestas a todos!

 

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